Vivimos en una época aparentemente llena de luchas, conflictos y divisiones. Nosotros contra ellos, personas contra personas, naciones contra naciones, culturas contra culturas. La vida humana como un juego en el que la ganancia de alguien sólo puede conseguirse a través de la pérdida de otro. Creemos que hay otro camino. Un camino en el que nuestra capacidad de amor y cuidado es más fuerte que nuestra animosidad; nuestra capacidad de comprensión y compasión más resistente que nuestras divisiones y nuestras diferencias se celebran y se convierten en nuestra fuerza.
