Vivimos en una época aparentemente llena de luchas, conflictos y divisiones. Nosotros contra ellos, personas contra personas, naciones contra naciones, culturas contra culturas. La vida humana como un juego en el que la ganancia de alguien sólo puede conseguirse a través de la pérdida de otro. Creemos que hay otro camino. Un camino en el que nuestra capacidad de amor y cuidado es más fuerte que nuestra animosidad; nuestra capacidad de comprensión y compasión más resistente que nuestras divisiones y nuestras diferencias se celebran y se convierten en nuestra fuerza.
VERDE CASI NEGRO toma, como punto de inspiración, la obra El lector por horas, de José Sanchis Sinisterra. La propuesta explora la intimidad ancestral y salvaje de la naturaleza humana, la tensión entre el éxtasis de dejarse seducir por aquello desconocido y la seguridad inerte y calmada de aquello que siempre fue y será.
El ser humano huyó de los bosques porque creía que eran entornos inhóspitos, sin ser conscientes que, quizá, sería más inhóspito el terciopelo de los asientos donde nos sentaríamos a diario.
